domingo, 12 de diciembre de 2010

COLUMNA DE OPINIÓN: “Educación: Derecho de todos y Mejora de la pobreza”


Una de las áreas más sinérgicas e integrales para superar la pobreza es la educación. El proceso educativo encierra diversos significados. Una buena educación permite acceder a mejores empleos en el futuro y mayores ingresos. Las brechas educativas han permanecido prácticamente invariables en las últimas décadas, y más preocupante aún, es que las últimas señales en este ámbito no parecen indicar una mejoría futura que favorezca una disminución de las desigualdades.
Para incrementar e igualar las oportunidades de niños y niñas, se requiere incrementar y enriquecer las oportunidades que se brindan para ello hoy. Esto exige no sólo pensar e implementar medidas cuyos efectos solamente se observen en el largo plazo. Nada justifica que actualmente los niños sigan con grandes problemas para comprender lo que leen. Un niño o niña que comprende lo que lee tiene el mundo a sus pies. Pero para lograr esto se necesita que se experimente también, el placer de la lectura. Es más, para pensar en un Chile desarrollado, es una exigencia fundamental que podamos no sólo enseñar a leer y escribir, sino a crear personas con un amplio dominio del lenguaje en todas sus formas.
Hace poco tiempo, se lanzó el famoso “Servicio País: Educación junto al Mineduc”. De gran manera, es ambicioso pensar que se va a resolver las brechas educativas con tutorías extracurriculares, pero la idea es no sustituir o afectar el trabajo de los profesores, muy por el contrario. Se entiende que el sentido complementario de este aporte, es responsabilidad de todos. El “Servicio País” fue creado en año 1995, con un solo propósito, superar la pobreza en Chile, lo cual es un desafío de equidad e integración social, pero que en realidad poco de ello se ha visto.
La educación, en general, parece no estar muy preocupada por las diferencias, sino más por los diferentes, los extraños, los anormales, los discapacitados, términos bastante discriminatorios.
Además, los colegios de hoy dicen trabajar con y para éstos, de manera inclusiva, es decir, incluyendo a todos los alumnos sin discriminar a nadie y aceptarlos tal cual. También de que es abierta a la diversidad y que permite que todos estudien de igual manera, pero es difícil que todas las escuelas del país logren acortar las brechas que separan la pobreza de la educación de calidad, pues, ser pobre no significa que no se tenga derecho a estudiar. La idea es no excluir, pero algunos todavía no entienden que ser parte de la diversidad es normal y se tiene derecho con mayor razón a aprender.

Seamos justos y no confundamos las cosas, pues la educación es un derecho y aprender es un deber.

Massiel Serrano A.

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